La poética del contrapunto: Joan Brossa


El 30 de diciembre de 1998 murió el poeta barcelonés Joan Brossa. Es por eso que en este día he decidido recordarlo. Descansa en paz.

Joan Brossa no fue un poeta, sino más bien, una víctima de la poesía. La poesía lo condenó al éxito de la creatividad. Y la creatividad lo esclavizó a la creación. Su obra poética es una especie de partitura de lo cotidiano, donde contrapuso fragmentos de melodías para componer armonía en su filosofía de percibir la realidad.

La poética de Brossa trabaja de este modo. Su poesía visual, urbana, escénica, escrita y sus poemas objeto, poseen ese barroquismo polifónico que dan sonido a composiciones cargadas de ritmo, contorno y armonía con un mismo ideal: la manifestación del lenguaje en la diversidad de expresiones.

Brossa caminó a la par de la poesía, hasta que se hizo esclavo de ella. Por eso logró verla en todas partes. Y esto le permitió revalorizar, de manera no explícita, el movimiento Creacionista. Se subió a su propio paracaídas para viajar por el mar del abismo creativo, en el que incluyó tanto el reino animal, arquitectónico, musical, etc.

Recordemos que para Huidobro fue de vital importancia mantener tan despierto el pensamiento, a tal grado, que llegara a semejarse al espíritu del reino vegetal y animal. Ambos mundos, al poseer una arquitectura propia, “adornan” la naturaleza con cosas nuevas. Así Brossa, con la explotación de su pensamiento consiguió forjar una arquitectura propia. Su espíritu sensible se yuxtapuso, incluso, con el reino material. A diferencia de Huidobro, que pensaba que la poesía no se encontraba fuera de las páginas del libro, Brossa la encontró en el derroche de cada sitio explorado.

Brossa y Huidobro no distan mucho en su manera de concebir la capacidad creadora. Para Huidobro, el sometimiento de los tres reinos naturales por la mano del hombre significaba agregar, además, la propia soberanía del universo y sus creaciones. Crear sobre lo ya creado. Brossa también creó sobre lo ya elaborado. Primero se adueñó de su pensamiento, puso en práctica su sensibilidad y su paracaídas de la vida empezó a caer en un viaje sin retorno hacia la liberación del lenguaje literario: El llenguatge literari ha deixat de ser l’única Vehicle apte per a incloure continguts i formes poétics.

Huidobro hablaba de una poesía universal. En el poema no tenía que escatimarse ningún elemento tradicional para ser “recreado” de manera natural. Él ejemplificaba la creación de la poesía como alumbramiento de un árbol por parte del ecosistema. También la poesía de Brossa es universal; lo que éste fue la exploración y explotación del lenguaje, lo fue en la metáfora para Huidobro.

Ambos poetas padecieron de la llamada alucinación hipnogógica, es decir, una ofuscación producto de la fusión de los cinco sentidos. Vivieron en el tránsito de la vigilia y el sueño. Ellos mismos fueron contrapuntos de la naturaleza. Su poética la podemos resumir en una palabra: polifonía. Polifonía del pensamiento vertida en metáforas del lenguaje.

La poética brossiana es un símil de Altazor, obra cumbre de Huidobro. La imaginación de Joan estuvo alimentada por la psicología y la obra de Freud, acercándose por esta vía al automatismo psíquico. Algo varía en este sentido de Huidobro, puesto que él negaba dicho automatismo o espontaneidad completa; sostenía que más que existir como tal, era una “apariencia de la espontaneidad” pues, a excepción de los casos patológicos, la razón siempre está presente.

El Arte poética de Huidobro nos dice que el verso tiene que ser una especie de llave que abra mil puertas. La poética de Brossa abrió las puertas con diferentes llaves y las dejó así para que el espectador pudiera entrar y salir a cualquier hora. Para el chileno, todo lo visto por el ojo tenía que ser creado. Para el catalán, la observación fue la herramienta perfecta para crear. Para el primero, lo importante no era cantarle a la rosa, sino hacerla florecer; el segundo hizo florecer rosas naturales y urbanas. Para uno, el adjetivo que no daba vida mataba; el otro mató los límites del adjetivo para dar vida a la infinitud del lenguaje artístico. Para ambos, los límites de la creación se inhibieron.

PlumaParlante

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