
Estimado lector:
En esta ocasión les quiero presentar a Temacapulín, un pueblo ubicado al noroeste de la ciudad de Guadalajara, Jalisco. El origen de su nombre proviene de la palabra Temaxcalli cuyo significado, baños termales o baño de vapor, es una síntesis de las aguas termales que emanan en todo el pueblo, de tal suerte que sus habitantes hacen caso omiso de calentadores puesto que el agua que brota de la tierra nunca está fría, es clara y pura.
Durante el sexenio del presidente Vicente Fox Quezada se gestó el proyecto de la presa El Zapotillo. La finalidad del proyecto, según dicen las malas lenguas, es abastecer a 14 municipios de la región Altos de Jalisco, Guadalajara y Guanajuato. De este modo, la Comisión nacional del agua (Conagua), Fox y el gobernador del estado de Jalisco, Emilio González Márquez, César Col Caravias, entre otros han tratado de lavarnos el cerebro con pláticas sobre el magno proyecto tanto en universidades particulares como a través de los medios de comunicación, explicando que se trata de un avance en todos los sentidos, y que además a los habitantes se les repondrán sus viviendas.
La construcción de la presa El Zapotillo abarcaría tres poblados, Acasico, Palmarejo y Temacapulín, los cuales forman parte del municipio Cañadas de Obregón. Pero yo no vengo a hablarles de política en este texto porque en realidad no tengo nada en contra de mis dirigentes, al contrario, a personas “tan ocupadas” y distinguidas hay que comprenderlas, valorar su chamba de defensores de la nación y de los intereses del pueblo; es normal que con tantas actividades se les escapen algunos “detalles” que incumben a la sociedad.
Lo que aquí les vengo a compartir es aquello que los políticos no han mencionado en sus discursos sobre Temacapulín, alias “Temaca”. El asunto de la presa no es nuevo. Incluso podemos mencionar que no es la única alternativa para realizarla, puesto que estudiosos del tema han encontrado que a “unos” kilómetros más delante de los poblados afectados, el terreno es apto para construirla e incluso con menor riesgo y daño hacia el ecosistema. Ay, perdón estimado lector, creo que este detalle no debí mencionarlo debido a que olvidaba que eso implicaría mayor inversión y bueno con tanta “crisis” por todos lados es seguro que ya se les haya olvidado a los encargados de financiar la presa.
Los primeros asentamientos humanos en Temaca datan del año 1321. Cazcanes y Tecuexes fueron los primeros pobladores que se registran en la historia. Temaca es un pueblo mágico independientemente si se le reconoce o no de manera oficial. Cuenta con riquezas naturales como es el caso de una cascada que puede apreciarse desde cualquier parte del pueblo, en épocas pluviales claro está, el estrépito de su caída puede introducir al ascético en su meditación. Sus aguas termales y su balneario son accesorios con los que se reviste el pueblo. También cuenta con un templo de estilo colonial cuya construcción terminada se remonta al año 1759. En Temaca hay Casas Reales como la que se ubica enfrente de la plaza, construida en 1819.
Riqueza natural, arquitectónica, cultural e histórico son “detalles” ¿que se le escapan a las personas que pretenden edificar dicha presa? Acá entre nos quién sabe si en realidad sea un proyecto pensando en y para el pueblo… Yo me pregunto ¿será favorecido el rancho de Fox? ¿La empresa cocacola que quería independizarse de la comision federal de electricidad, logarará su objetivo gracias a los “favores de la presa”?
Quien visite Temacapulín se dará cuenta de su ambiente boscoso, con cedros por todas partes y fresnos que constituyen microsistemas conformados por insectos, aves como el ruiseñor y algunos mamíferos. Temaca poseé riquezas intangibles que forman parte de su patrimonio, sus paisajes naturales y sus vistas panorámicas así lo confirman.
Hablar de Temacapulín es hablar de El Cristo de Temaca y la poesía de Alfredo R. Placencia, uno de los poetas jaliscienses más destacados de principios del siglo XX, quien residiera allí entre 1910 y 1912. El Cristo de la Peñita forma parte del espíritu religioso y literario; leyendas y poemas han nacido en su honor.
Isaura Gómez, habitante de Temaca comentó en el año 2007 “Estamos peleando no las casas, sino el terreno donde nacimos”. Hoy, a tres años de lucha constante me sigo quedando con sus palabras. No concibo un México estático, conformista y torpe. Quien crea que es fácil lavarle el cerebro a los mexicanos está muy equivocado, pues históricamente no hemos peleado por conseguir sólo un hogar ya no se diga digno, de perdida propio, también los mexicanos han luchado y siguen luchando porque vuelvan a dar fruto unas raíces que fueron arrancadas, pero que no han muerto. Temacapulín es un ejemplo. Tal vez podrán inundar un pueblo, pero no anegar el verdadero espíritu mexicano. Seguimos casi en las mismas señores, tratando de mantener vivo el espíritu de dignidad, defensa de nuestras raíces, libertad, educación y buen trato al ecosistema. Quien lo quiera ver de otro modo, yo lo respeto y que dios lo tenga en su santa gloria.
Atte: Cynthia Real Rameño, la plumaparlante